Por Angela Castellanos Aranguren
El primer producto que identificó al territorio colombiano fue el oro. Los españoles enceguecidos por la ambición se embarcaban tras la leyenda de El Dorado. Luego fue el café. Ahora, parece que volvemos épocas pre-industriales. De hecho las explotaciones mineras y de hidrocarburos-actividades extractivas- están avanzando a pasos de gigante, a costa de ecosistemas, la salud de pobladores rurales y aumento de la violencia contra las mujeres.
¨La promoción de las actividades extractivistas que se da tanto en Colombia como en muchos países de Sur América, por parte de gobiernos de izquierda como de derecha, se apoya en el argumento que estos proyectos son indispensables para asegurar el crecimiento económico y cuya renta permite ampliar los presupuestos para programas sociales¨, afirmó para SEMlac Germán Niño, de la no gubernamental Corporación de Investigación y Acción Social y Económica, CIASE.
El alza de los precios internacionales de minerales e hidrocarburos, especialmente del oro y del carbón, cuya demanda es sostenida, sumada a los estímulos para los inversionistas promovidos desde el gobierno pasado de Álvaro Uribe Vélez, las grandes multinacionales de la industria extractivista ya están presentes en todo el territorio colombiano.
Sólo en el gobierno pasado se otorgaron 9.000 títulos (autorizaciones oficiales) para la exploración y explotación minera, 37 de los cuales no respetaron parques nacionales naturales –según Ingeominas, autoridad minera de Colombia, ni algunos territorios de reserva indígena.
Esto sumado a las explotaciones carboníferas, que han puesto a Colombia en el primer lugar en América Latina y décimo en el mundo, se ha traducido en un crecimiento de la inversión extranjera, alcanzando US$ 11.900 millones en el último quinquenio.
El actual gobierno ha declarado a la minería como ¨locomotora de desarrollo¨ del país. Sin embargo, el impulso al sector extractivo no ha ido acompañado del fomento y creación de industrias que le den valor agregado a las materias primas, como por ejemplo la petroquímica
¨Nos estamos volviendo mono-dependientes de la minería y los hidrocarburos, los indicadores económicos así lo demuestran. Y como estos recursos son finitos, van a extinguirse, y por ello necesitamos avanzar en la industrialización de la minería y en ciencia y tecnología¨, afirmó a SEMlac Fabio Velásquez, coordinador académico del informe ¨El sector Extractivo en Colombia¨ y miembro del no gubernamental Foro por Colombia.
Además los egresos por utilidades o dividendos son mayores o iguales a los ingresos del país por inversión extranjera, según Diego Otero Prada, decano de la Facultad de Ciencias Económicas, Administrativas y Contables de la Universidad Central. Es decir si bien hay mucha inversión ésta es igual o menor a los dineros que se llevan los inversionistas.
Ello en parte, porque Colombia ofrece unas ventajas al inversionista en cuanto a tributos que si bien promueve la inversión extranjera, lo hace en las condiciones más desventajosas para el país productor en el contexto internacional. Adicionalmente, el propio Ministro de Minas y Energía Carlos Rodado declaró a la prensa en mayo de 2011 que había debilidad para fiscalizar y controlar, una normativa laxa y poca exigibilidad en la aplicación de las disposiciones vigentes.
El costo que pagan las mujeres
¨ Con dolor e indignación afirmamos la permanente demanda de servicios sexuales por parte de funcionarios y obreros de la industria minero-energética, servidumbres, trata de personas, migración de mujeres, así como la estigmatización de las mujeres que ejercen el trabajo sexual promovido por este tipo de actividades económicas¨.
Así lo dejaron consignado las mujeres reunidas en el Encuentro Latinoamericano ¨Mujer y Minería¨, celebrado en Bogotá el 12 de octubre de 2011.
La declaración final del Encuentro agrega que¨ la salud de las mujeres y las niñas recibe también fuertes impactos agresivos de los megaproyectos. Se acentúan las enfermedades de transmisión sexual (ETS), respiratorias, mentales y de la piel, auditivas y todas aquellas derivadas de la actividad minera extractiva y de las fumigaciones. Además, se destaca el incremento de los abortos, malformaciones, cáncer y embarazos de adolescentes, entre otras problemáticas de la salud¨.
La salud de mujeres y hombres ya registró casos masivos como efecto de la extracción y transporte de carbón. En 2008, la comunidad del departamento (provincia) de Cesar (norte de Colombia) protestó por las enfermedades respiratorias generadas por las partículas y polvo en el aire. Como consecuencia, se abrió una investigación a la multinacional estadounidense Drummond. Pese a las voces autorizadas que indicaban que debía cesar operaciones, al final la empresa se comprometió a mejorar las condiciones de la zona y a reubicar a las cuatro poblaciones más afectadas por el polvillo, que sigue esparciéndose en el aire.
Protestas ciudadanos salvan ecosistemas
Además de la denuncia de títulos mineros en zonas que incluyen áreas protegidas, las cuales están siendo investigadas por las autoridades, también se ha cuestionado la autorización para que empresas mineras actúen en regiones de páramo, que son las fábricas de agua de las ciudades aledañas.
La protesta ciudadana en defensa del páramo de Santurbán (al noreste del país) condujo a que el gobierno reversara la licencia ambiental que había otorgado a la minera canadiense GreyStar, la cual se vio compelida a reformular su proyecto, mas no a renunciar a su interés extractivo en la zona porque, como dijo su vocero a la prensa, ¨hemos invertido mucho dinero y no nos vamos a ir¨.
¨Es claro que ha habido una movilización ciudadana en defensa de los recursos naturales que demuestra que hay un potencial para que la ciudadanía puede ser hacer un contrapeso importante¨ – afirmó Velásquez- .¨ Pero creo que son casos aislados, aún no tenemos el nivel de conciencia y movilización ciudadana que existe en Bolivia o Perú. Por ejemplo, en el caso de Santurbán, los campesinos que viven cerca de la zona de explotación estaban de acuerdo con el proyecto minero en el páramo porque veían que iban a recibir unos ingresos (venta de servicios de alimentación y otros), pero los que se movilizaron fueron las víctimas indirectas, es decir las poblaciones que se nutren del agua que emana de ese páramo, y que estaba amenazada por el proyecto minero¨, agregó Velásquez.
También, el gobierno ordenó la suspensión total de actividades extractivas en el Parque Nacional Natural Yaigoje Apaporis, donde está ubicado un resguardo indígena, o sea un territorio reservado y gobernado por una etnia aborigen. La empresa canadiense Cosigo tenía intenciones de extracción de oro en esta área protegida.
Para Niño, quien es Director del área Alternativas Económicas de CIASE, ¨ha habido laxitud en los estudios de impacto ambiental que le aplican a los proyectos minero-energéticos, así casos de incumplimiento y manipulación de la consulta previa a las comunidades indígenas y afrodescendientes¨, la cual es obligatoria antes de emprender cualquier tipo de intervención en territorios de estas minorías.
Según el principio de que el daño ambiental y social tiene precio, las normas colombianas indican que se debe invertir al menos 17 % de la regalías en la preservación y mejoramiento ambiental. Sin embargo, apenas se destinó el 3,2% en promedio entre 2004 y 2009 a estos rubros, según la investigación que realizó la periodista María Teresa Ronderos, de la revista colombiana Semana.
¿Y quién se queda con la renta?
Considerando la alta inversión del sector extractivista, el gobierno reformó el Sistema Nacional de Regalías de manera que sirva en parte para financiar programas sociales nacionales. De manera que una parte la reciben las regiones de donde se extraen los recursos, como medida compensatoria, y otra parte se distribuye en las zonas más rezagadas en cuanto a educación, salud y otros niveles sociales.
El despilfarro de las regalías por parte de las administraciones locales ha sido alarmante, decenas de hospitales a medio hacer o sin dotación y abandonados, piscinas con olas donde solo se bañan los sapos, son algunos de los ¨elefantes blancos¨, como se les llama a obras de gran inversión y sin uso alguno.
Pero no solamente las regalías se malgastan, sino que además según estudios de la Red Latinoamericana de Industrias Extractivas, no hay correlación entre la zona de actividad extractiva y que recibe la renta de ésta con un mayor dinamismo de la economía, ni con mayores niveles de educación o salud. Según Carlos Monge, de Revenue Watch Institute, esto se debe a que la población rural no se beneficia de la demanda de bienes y servicios que genera la actividad extractiva; se perjudica por la inflación que acarrea; y sufre las distorsiones del mercado laboral de las entidades gubernamentales locales.
Para Velásquez, de Foro por Colombia, ¨es necesario que la ciudadanía tenga voz, y ojalá voto, en la asignación de las regalías a nivel local, y que le haga veeduría al uso de las mismas¨. (FIN)
Brief summary of the sample No. 1
The first product which identified the Colombian territory was the gold. The Spaniards created the story of El Dorado (The Golden treasure). Then, the coffee became the main product of Colombia. Nowadays, it seems that Colombia is walking back to pre-industrialized times due to the growth of mining and hydrocarbon exploitations. Currently, there is a boom of extractive activities, which are advancing with a negative impact over the environment, the health of rural populations and the women rights.
The article collect research findings, data from governmental bodies and quotations of non government research organizations which highlighted such impacts. For example, according to INGEOMINAS, the governmental body in charge of mining industry, the former Colombian administration authorized 9000 new mining exploitations, and 37 of those were located on National Natural Parks.
The statement issued from the Latino American Meeting ¨Women and Minning¨(October 2011) stated that the mining and hydrocarbon activities have increased the violence against Colombian women, in the form of people and women slavery, women´s migration and the stigmatization of women who practice prostitution.
In terms of health, the coal industry have already produced a massive health desease in the province of Cesar, where the American company Drummond is exploiting the coal. The company was sued and compelled to improved the mechanisms to avoid the negative impact in people´s health.
The people of the city of Bucaramanda carried out a peaceful protest against an exploitation in the ecological area of Santurbán, because it would contaminated the water of the water source of such city. They won. However, the people living closest to the location of the exploitation did not supported the protest, because they saw the short term benefits rather than the long term problems.
The article also analyzes the financial aspect. According to the Latin American Extractive Industries Network, there is no correlation between the extractive zone (which receives the most of the rent) and the dynamism of its economy, neither an increase of its education and health levels.